Energía

Somos energía y tenemos el poder de direccionarla, ya sea una aportación a un universo claro o a un universo confuso, a donde sea que enfoquemos y direccionemos nuestra energía, aportaremos, sumaremos a nuestra evolución propia e individual.

Utilizamos la energía a cada instante, al comer, nuestros cuerpos utilizan la energía química de los alimentos para hacer que tus músculos se muevan y podamos respirar, caminar, correr, saltar, levantar cosas y hacer todas las cosas que necesitas para vivir, incluso pensar requiere de un 20% de la energía de cuerpo (medido en calorías entre 290 y 320 calorías se usan en la actividad de pensar) , nuestra experiencia de vida es un constante direccionamiento y uso de energía, Somos energía, cuando sanamos a nosotros o a otros, es la energía que se direcciona a una creación o manifestación, cuando limpiamos los objetos de la casa los infusionamos con nuestra energía, compartimos nuestra energía con nuestro medio, y formamos parte de la energía generadora de ambientes, manifestaciones, estados de ánimo y calidad de vida (si nuestra energía interviene en el sostenimiento y cambio de nuestros estilos de vida, nos conectamos a cuarzos, piedras, cartas, por la energía , intercambiamos nuestra energía cuando compartimos con otros nuestras alegrías y de igual manera intercambiamos nuestra energía cuando nos enojamos, cuando nos apegamos en la inclusión o exclusión estamos usando energía. El motor de partida de nuestra encarnación es energía.

La energía es manifestación ilimitada creadora, a través de ella nos conectamos con el TODO, y con todo arquetipo que deseemos ver manifiesto, angeles, divinidades, entidades, con nuestros sentimientos y con nuestro planeta. Manejar nuestra energía es ser consciente del poder ilimitado de crear nuestro estilo de vida, de evolucionar, de ascender en el campo del multiuniverso y la multidimensionalidad.

La energía no necesariamente tiene que ser un estallido de emociones que nos lleve al éxtasis en un ritual o en una canalización; la energía puede ser tan sutil como el flujo del agua o el aire, el paso de nuestro andar cuando meditamos caminando, no por eso menos significativa; la energía es presencia en el instante y cuando la aceptamos como nuestra llave a las posibilidades manifestadoras, podemos dirigirla para crear desde un objeto, un deseo, una sanación, para alimentar a nuestras plantas, para dialogar sin espacio tiempo con guías, maestros, para modificar estados de malestar a bienestar o bien para contactar con nuestra divinidad y sentirnos uno del uno original.

La energía tiene un ilimitado campo de posibilidades tal como el universo, el universo es energía y la energía es uno con nosotros. Ser una persona energético, Es tener una continua experiencia con la energía, (todos somos entonces personas energéticas) es aprender a cada instante, porque en la energía viajan los sonidos y la información necesaria para trascender sin dejar nuestro cuerpo y servir a nuestra misión.

La energía entonces es universo en un flujo continuo listo para ser transformado por los canales espirituales, todos los seres, elementales, feéricos, angeles, demonios, dragones, fantomas, ectoplasmas, etc. Todos somos parte del flujo de la energía en movimiento y cada conjunto de información unida para conformar un patrón energético de existencia (por magnetismo y cohesión) vibrara a una frecuencia que nos permite usar ese conjunto de energía para el mejor estar de nuestras dimensiones ya sea para crecimiento o detrimento , generara que sea un creación perfecta de aquello a lo que dirigimos nuestra energía en nuestro espacio de manifestación, la energía es neutral, solo crea sin juicio, ni bueno ni malo, crea.

Cuidar nuestra energía es cuidar el universo, hacernos cargo de aprender a manejarla conscientemente es responsabilidad con nuestro cuerpo y sentirla es permitir que la comunicación con la divinidad se manifieste en nuestro instante.

Somos unidad energética.

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